El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir con claridad QUÉ queremos. La duda debilita la mente y produce cansancio físico y mental.
Así que el primer punto de atención debe estar en cómo DECIDIR. Nunca tomar decisiones estando enfadado o con la mente llena de rabia, deseos de venganza o desde el miedo. Debemos pensar positivamente si queremos tomar la mejor decisión.
Cuando uno se siente ofuscado primero tiene que tranquilizarse. Respirar de forma consciente y profunda para centrar todas las energías para poder reconocer la raíz verdadera del problema. Debemos focalizar una por una todas las posibilidades, sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué cambios quieres hacer en tu vida? ¿Qué te disgusta, en ti, que quieres modificar?
Cierra los ojos y respira suave y profundamente. Enfoca tu conciencia en el centro de tu corazón. Mira hacia adentro. Relájate. Sé Observador de tu sentir. Aguarda a que aparezca la calma a tu mente, desde la quietud y el silencio.
Enfrentarse a los problemas es un acto de valentía. No posponer y elegir en el momento adecuado es de sabios. Tomar decisiones desde una actitud correcta y sosegada -con conciencia- nos traerá la paz interior y el contentamiento con nosotros mismos.