Cada día se nos da la oportunidad de rectificar y mejorar nuestra actitud hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Cada día podemos buscar un hueco en el tiempo para ir a nuestro interior y respirar la liviandad y frescura de nuestra alma.
Cada día podríamos conscientemente sonreír desde el corazón y llevar al exterior nuestra fragancia.
Ahora decidimos que, cada día, ponemos la intención de acrecentar el amor hacia nosotros y hacia los demás.
Cada día tenemos la tarea de aceptar desde el corazón lo que no podemos cambiar y transformar lo que sentimos como un sacrificio, en generosa caridad desinteresada.
Esta es una pequeña lista de oportunidades para este año que empieza.