
Para conocernos a nosotros mismos debe despertar la Conciencia. Debe estar presente la intención del Observador en nosotros.
Uno mismo es quien es desde el Ser que lo habita. Pero este Ser -nuestra Alma y Espíritu- está bajo tantas capas de condicionamientos, restricciones sociales, limitaciones educativas, religiosas, etc., que en la mayoría de los casos no se le llega a conocer en vida.
Quien somos en esencia, se distingue principalmente por los valores más elevados; la impecabilidad. Impecable es lo que no tiene defecto alguno.
Te vuelves impecable cuando conoces y crees en el poder de tu Ser. Y cuando sientes esa fuerza interior y la reconoces como tal, es cuando te vuelves impecable. No tiene nada que ver con la Mente; no se razona, se es. Muchos hablan de «empoderamiento» pero lo hacen desde el Ego y eso es desastroso.
La impecabilidad trata de salvaguardar tu dignidad humana, quien eres, tu ser esencial; sin doblegarla, ni venderla, ni cederla, por nada.
Ella no tiene nada que ver con tu orgullo personal que viene del ego/mente. No se trata de servir intereses o perseguir éxitos materiales. Hablamos de valores que están muy por encima del ser humano común y corriente, estos valores perteneces al Alma y al Espíritu; a la Conciencia Superior.
Reflexionemos sobre ello. Movámonos hacia nuestro interior.