SOLTAR PARA AVANZAR

Lo que yo aplico en mi vida y me da resultado: cuando algo me molesta de otra persona me cuestiono a mi misma, antes de echarle la culpa al otro. Siempre, mejorando o ajustando algo en nosotros mismos, nuestro alrededor se vuelve más amable y tolerante.

Las frases que utilizamos para justificarnos como » me fastidia su mal carácter. Me saca de mis casillas por esto o lo otro. Él es el culpable de que nuestra relación no funcione. Es un rencoroso y un aguafiestas, me pone de malhumor. Por su culpa lo nuestro ha terminado». … y un largo etcétera.

Es fácil y recurrente verlo en las relaciones de pareja. La persona que ya lleva en su haber varias relaciones fallidas, todas por el mismo motivo, pero sigue justificándose diciéndose «siempre atraigo el mismo tipo de hombres» … ¿No sería más beneficioso preguntarse QUÉ comportamiento hay en mi que ocasiona una confrontación con el otro o la misma fricción y daña nuestra relación. Algo hay en mí que todavía no sé ver y debo solucionar, me doy cuenta de que siempre tropiezo en la misma piedra»

Este cuestionamiento hacia uno mismo es independiente sobre las discrepancias y razones verdaderas que podamos tener y que nos llevan al enfado o decidir romper una relación. Lo que pretendemos es reforzar nuestra invulnerabilidad emocional y hacer que toda situación en nuestra vida nos sirva de aprendizaje para nuestro mayor crecimiento personal.

Nada sucede por casualidad. Toda persona que entra en nuestra vida tiene algo que enseñarnos. Por supuesto que, una vez hemos aprendido la lección podemos decidir seguir nuestro propio camino… pero no antes, pues entonces sí que se repetirá la situación y diremos aquello de «siempre atraigo el mismo tipo de persona».

Porque si siempre me justifico diciéndome que es el otro quien tiene el `problema y es el otro quien debe solucionarlo en él. Que es el otro quien tiene que cambiar, si quiere que nuestra relación continue, no soluciono nada en mi. Los dos tenemos algo que aprender, seamos humildes y reconozcamos nuestros fallos. Nadie es perfecto.

La Sabiduría nace en nosotros cuando conseguimos observar e identificar al personaje -nuestro Ego-. En el momento en que el VER actúa, el Ego pierde fuerza, no queramos tener siempre la razón. Siendo Observadores imparciales es como podemos SOLTAR toda esa corteza que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida que nos hace rígidos mental y emocionalmente.

Soltemos los miedos; a que nos hagan daño, a no ser queridos de la forma en que deseamos o queremos. Soltemos el miedo a sufrir, a fracasar. Soltemos la ansiedad por lo que pueda pasar mañana. Aprendamos a vivir el presente. Respiremos hondo y situémonos en el PRESENTE. Y cada vez, durante el día a día, en que nos descentramos, respiramos conscientemente, y nos sentimos viviendo el PRESENTE. HOY.

Sobre todo, aceptando ser quien soy desde mi Ser. Respetando al otro como es sin pretender cambiarlo a mi gusto. El Amor por mi debe ser tan grande como el Amor que siento por los demás.

Y damos las gracias.

Mi Conciencia me guía

Demasiados bultos para seguir llevándolos a cuesta, cargando con todo, incluso con lo que no me pertenece.

Ya no fuerzo hacer las paces. Veo que es inútil buscar la comprensión y aceptación de todos. Cada cual tiene su ritmo y ocupa su tiempo como sabe y puede. No voy más a desgastarme dando explicaciones. Sólo sigo mi Conciencia, atenta de hacer lo que considero correcto.

Como sanadora energética, sé perfectamente que cuando enferma el cuerpo físico, hay una culpa y miedos que están bloqueando el flujo de energía, hay traumas y memorias por perdonar, hay una mente por limpiar y poner al día. Así funciona la sanación integral de cuerpo físico, mental, emocional y espiritual.

Cuando conseguimos superar todas las emociones tóxicas como el reproche, rencor, rabia, envidia, cuando nos desembarazamos de toda creencia e idea inútil, entonces es cuando somos libres y comenzamos a madurar desde nuestro Centro; el corazón espiritual.

A partir de ahí, cuando despierta nuestra Conciencia y decimos conscientemente Yo Soy desde nuestro más profundo Ser, es cuando podremos crear distancia con la Mente, para que deje de dominarnos, y poder así ampliar la perspectiva de nosotros mismos y de todas esas identificaciones falsas que hemos ido creando y añadiendo a nuestra personalidad, ya de por sí recargada de prejuicios.

Nuestro estado de Conciencia es impersonal, no tiene predilecciones, como Dios mismo, que es la Conciencia Superior Universal. La Conciencia se hace personal cuando todavía está pegada al Ego pero una vez nos desapegamos del Ego, la Conciencia comienza a brillar y expandirse, convirtiéndose en nuestra única y mejor guía.

… será que ya estamos en el Camino … será que no somos perfectos pero sí podemos llegar a ser excelentes e impecables.

El cuerpo astral

Un día yo salí del cuerpo sin pretenderlo. Como una flecha fui lanzada de forma vertical hacia el Cielo. Y en ese espacio me paré, sin pensamientos, hasta que apareció una Luz poderosísima que se dejaba ver entre grandes nubes. Me impactó de tal manera que no me quedó de otra que postrarme ante ella, totalmente sin aliento, tremendamente conmocionado mi corazón.

Este tipo de experiencias no las crea la imaginación. Ni cualquier Mente de forma voluntaria, como en los sueños, nadie puede crear situaciones de este calibre a su gusto. Simplemente sucede cuando estamos preparados (y desde arriba nos sorben) para subir nuestro nivel de frecuencia. Y muchas veces ha sucedido que personas de Mente débil y poca energía han querido forzar situaciones de «alto voltaje», quizás a través de alucinógenos, y su Mente quedó en shock sin capacidad de «volver» a esta realidad.

Somos energía consciente. Cada uno con sus limitaciones. Nada debe ser forzado pero sí tenemos la posibilidad y capacidad para evolucionar y conocer otras dimensiones de nuestro Ser. No pretendemos ser una versión mejorada de nosotros mismos sino llegar a ser -recuperar- el ser divino que ya somos.

La Conciencia se hace presente y el nivel de cada persona se verá aumentado desde la sencilla práctica de ser Observador de sí mismo, hasta que conseguimos diferenciar el personaje secundario exterior del Ser primordial eterno que somos.

Veremos ampliada nuestra percepción de la energía del Amor Incondicional gracias a las altas frecuencias vibratorias que están llegando a nuestro planeta. Son momentos de grandes transformaciones a todos los niveles. Demos gracias y abrámonos al cambio.

Soltemos y dejemos atrás

Dejemos atrás lo que ya no queremos, lo que ya no necesitamos ni es útil ahora. Soltemos los miedos, el sentimiento de vergüenza y el sentimiento de culpa. Soltemos esa parte de nuestra identidad que ya cumplió su propósito. La actitud que correspondía a la niñez y a la juventud pero que ya no corresponde por nuestra edad, la dejamos ir, para que podamos comenzar a madurar.

La queja, los lamentos, el hacernos la víctima para llamar la atención, nos deshacemos de todo ello. La necesidad de que nos halaguen para sentirnos reconocidos, todo eso ya no es necesario; podemos ponernos de pie por nosotros mismos y volver a empezar si es necesario. Ganamos en autoestima haciéndonos valer.

Dejemos morir los apegos, los deseos que están fuera de nuestro alcance, soltamos las expectativas con las que soñamos en nuestro mundo imaginario.

Vamos a poner nuestra atención exclusivamente en nuestro propósito más elevado; conocernos a nosotros mismos y amarnos desde la Conciencia de nuestro Ser no desde el Ego, que sería algo nefasto.

Vamos a poner nuestro ánimo e inspiración en actuar desde la impecabilidad del Ser, desde nuestro Yo divino. Démosle sentido a nuestra vida, elevando nuestra vibración y frecuencia a la del Amor Incondicional.

Alimentemos nuestro espíritu y él se encargará de guiarnos para que desarrollemos el sexto sentido, la Intuición, y actuemos desde ella y sólo utilicemos la Mente para cuando necesitemos pensar.

Estemos en el nivel de comprensión en el que estemos, comencemos ahora. Nos hará bien.

El Amor es más que un sentimiento

Me estoy dando perfecta cuenta. Soy consciente del cambio en mi. Soy consciente de mi transformación casi continua, lenta pero imparable, sin marcha atrás.

Es una transformación que me lleva a dejar las formas, a diluirse lo concreto, a desarmarse lo complejo, a deshacerme de toda carga.

Y el horizonte se alarga hasta el infinito. El panorama y el escenario de la vida es uno nuevo, antes inimaginable, y ahora se ha llenado de luces.

Lo estoy viendo, me cuesta creerlo pero no es algo inventado. Nace en el interior este cambio; me ha sido regalado desde el Universo… jamás lo había soñado pues sobrepasa mi imaginación.

Ha sido explosivo pero de la manera en que explosiona la primavera, llenando de pronto todo el campo de flores.

De esta forma está siendo el cambio y sólo puedo decir que el AMOR es mucho más que un sentimiento, El AMOR es la Fuerza más poderosa del Universo. Es energía pura creadora. Está en todo. Es la energía impulsora de vida.

Más que una transformación ésta está siendo un renacer sabiéndome ahora que SOY AMOR y este entendimiento simplifica y amplifica la existencia, enaltece la alegría, hace emerger el espíritu. Y pone en primer plano quien soy.

Es una transformación en la que, desechando lo ilusorio, toda densidad desaparece y la vibración se eleva a la frecuencia de Dios.

Trascender la oración convencional

Cuando nos sentimos estancados o bloqueados, nos preguntamos a nosotros mismos qué sucede y de forma intuitiva vamos hacia adentro para conectar con nuestro sentir más íntimo; nuestro espíritu nos está pidiendo atención. Los cambios y crisis que se están dando, a nivel colectivo e individual, nos empujan a renovarnos en todos los aspectos, nos están obligando a replantearnos creencias, ideas, conceptos que pensábamos eran inamovibles, que eran verdades irrefutables pero ahora han quedado obsoletas si es que queremos seguir avanzando. Así es como evolucionamos como humanidad. El Universo mismo está en constante movimiento creativo.

Hemos llegado al punto en que nos cuestionamos la forma en que nos relacionamos con Dios. Ahora sentimos la necesidad de trascender la forma usual de oración en la que se pide a un dios distante que haga algo por nosotros. Hemos entrado en una nueva Era de mayor Conciencia, donde ha despertado una mayor capacidad de sentir que somos parte de la Inteligencia y Amor de Dios.

Así que la oración se convierte en comunión «Yo Soy Amor. Yo Soy la Presencia Divina en mi. Yo Soy Dios en acción en mi. Gracias. Gracias. Gracias».

Jesús dijo: «Soy la Luz del mundo». La Conciencia es Luz, hazla crecer en ti. Si cada uno de nosotros sintiese a Dios, que es Amor, dentro de sí, podéis imaginaros lo diferente que sería la vida en nuestro planeta. Y ese deseo está ya en el corazón de muchos y es posible.

En la medida que desaparece el Ego, se expande la Conciencia.

Sintamos la presencia de Dios en nosotros. Somos Amor.

Lo que nos condiciona

Hasta en mis sueños soy demasiado seria, con un férreo sentido del deber. Y ahora que soy consciente de ello, que me he llevado la gran sorpresa de descubrir y reconocer esa parte de mi, he llegado a comprender cuando alguna vez alguien me ha dicho en tono de queja «es que impones»,,, y yo lo escuché con extrañeza, diciéndome que quizá fue dicho como un cumplido… Y ha sido que he ido perdiendo el estado de Alegría que todo humano debiera tener por el simple hecho de sentirse agradecido hacia la Vida.

Tenemos un lenguaje que nos condiciona, el inconsciente que nos condiciona, una familia como referencia que termina siendo para muchos una carga, también creencias y religión que nos condicionan… y justamente la libertad es deshacernos de todo condicionamiento. Si no, es imposible pensar y hacer por nosotros mismos, desde nuestros propios pensamientos, desde nuestra propia idiosincrasia e individualidad.

¿Cómo zafarnos de absurdos patrones, miedos heredados, traumas? ¿Cómo ser genuino?

La generalidad del ser humano es regirse por el Ego. Y su singularidad es cuando deja ver la transparencia de su espíritu desde su honradez e impecabilidad.

Toda una vida nos lleva a cumplir con ese objetivo: conocernos a nosotros mismos.

Podemos irnos deshaciendo de todas esas capas condicionantes, que nos hacen seres pensantes complejos, sufrientes, victimizados, consumistas, infelices y desagradecidos… que no sabemos lo que es el verdadero Amor.

Para que suceda una transformación en nosotros, de forma individual debemos recuperar la Conciencia del Ser. Es la única forma de conseguirlo; desde la Conciencia.

Una experiencia maravillosa

Por pura casualidad los conocí y oí que buscaban una familia para compartir casa y trabajo y yo salté impulsivamente, ofreciéndome. Ellos se quedaron mirándome un tanto asustados, y balbuceando me dijeron «en realidad pensábamos en una pareja…» quizás porque vieron mi cara de desencanto, me prometieron que se lo iban a pensar y me responderían. ¡Después de varios días la respuesta fue afirmativa!

Fue la época más feliz de mi vida. Yo tenía 34 años. Divorciada con tres hijos. Julio y Elma era un matrimonio que tenía 4 hijos y vivían en la Sierra Aitana. Formábamos una gran familia. No hubo nunca una discusión entre nosotros. Todo asunto que tuviese que ver con el dinero lo manejaban ellos, aunque se tratase de comprar la ropa que hiciese falta para mis hijos. Lo poco que yo tenía se lo entregaba a ellos. Y así era feliz. Nos repartíamos todos los trabajos de la casa y el campo. Hacíamos el pan, mermeladas, recolectábamos la manzana y la almendra, cuidábamos de la huerta… hacer todo eso me gustaba muchísimo, pero sobre todo, me llenaba el paisaje. Nunca me sentí sola y mis hijos también eran felices.

El caserón estaba en lo alto de una montaña y desde ahí, como si de un palco privilegiado se tratase, teníamos una vista inmensa hasta el horizonte. Había un enorme y antiquísimo aljibe y Julio se había hecho construir unos molinos de viento para tener luz. En invierno nevaba pero la casa tenía una muy buena instalación de calefacción. ¿Qué más se podía pedir?

Julio y Elma seguían las enseñanzas de un Baba de Indonesia. Hacían un ejercicio muy sencillo dos o tres veces por semana de “conexión” con las fuerzas celestiales o con el Ser Supremo, como cada uno quisiera llamarlo. La cosa era muy libre y no requería hacer ningún juramento o comprometerse a nada así que cuando Julio me preguntó si me quería unir con ellos a hacer el Látija le dije que si por curiosidad más que nada.

No había un lugar preestablecido, a veces nos íbamos a la era, debajo de las estrellas o también en el mirador que estaba más recogido y había unos asientos de piedra o dentro de la casa si hacía mal tiempo y los niños ya estaban acostados, daba igual el lugar. No había ceremonias ni rituales ni nadie dirigía ninguna oración colectiva, simplemente  cada cual vaciaba su mente y pedía a Dios sentir Su presencia. A partir de ahí cada uno vivía su propia experiencia.

La vivencia más fuerte que yo tuve es muy difícil ponerle palabras sin empobrecerla. En mi interior, desde cada célula de mi cuerpo se dejó oír  “ten confianza” y se iba grabando en mi corazón. Yo era una persona muy ignorante de todas estas cosas espirituales. Cosas que podríamos llamar paranormales ya me habían ocurrido alguna vez pero yo simplemente dejaba que ocurriesen, me maravillaba, pero luego no les prestaba más atención.

Comencé a sentir presión diariamente en el entrecejo -mucho después me enteré que ese punto también es llamado «Tercer Ojo» y tiene que ver con la Intuición. Cada vez se hizo más presente en mí pues era como si tuviese algo clavado ahí. Durante más de un año lo estuve sintiendo con fuerza y ya me resultaba agradable cuando me acostumbré a esa presión. Quise averiguar qué significaba pero no obtuve ninguna respuesta que me resonase.

Han tenido que ocurrir tantas cosas en mi vida para llegar a entender y visualizar todo el puzzle de mi vida. Y poder finalmente VER que todo tiene una razón de ser y está ligado a lo siguiente por suceder. Resistirnos a las energías que mueven los acontecimientos crea sufrimiento. Confiar, aceptar y fluir nos proporciona paz interior.

Estar atentos, siendo Observadores de nosotros mismos, nos permite actuar con conocimiento de causa; sabiendo que toda causa tiene un efecto, para así actuar con conciencia y responsabilidad.

Somos energía. Somos moldeados, llevados … Ondeamos en distintas dimensiones… tenemos que relativizar lo que está en la superficie para así bucear en las aguas profundas del entendimiento de la vida.

Aparentar

Hay personas que se sienten ofendidas porque piensan que el trato que reciben no es suficiente, no está acorde a sus expectativas. Viven desde una mente preocupada, y finalmente atormentada, buscando continuamente la aprobación de los demás.

Necesitan ser reconocidas, continuamente halagadas, sentirse únicas. Y lo somos, pero ellas mismas no se lo creen. Y sufren mucho. Viven desde el cansancio, agotadas por tanto esfuerzo de aparentar ser quien creen que deberían ser porque gustaría más a los demás… Y es la falta de autoestima la causante de su desgaste energético.

Cuidar y sobrevalorar la imagen, con una falsa alegría, bondad, diciéndose yo puedo con todo y aquí no pasa nada, terminará generando un estado de ansiedad y angustia, sin saber porqué.

ALGO NO CUADRA.- Se crea un conflicto cuando lo que pensamos no concuerda con la forma en la que actuamos en realidad. Valoremos y observemos la forma en la que nos expresamos. Digamos «NO más disimulos. NO más disfraces». «NO más engañarme a mi mismx».

Querer mantener una fachada jovial pretendiendo que todo está bien crea tensión interior. Hacer lo imposible por causar buena impresión causa ansiedad.

La persona que intenta ocultar sus preocupaciones y debilidades detrás de una imagen de tranquilidad y alegría, debido a su baja autoestima, vive sometida a una Mente exigente y obsesionada con unas ideas-fantasmas.

Hacerse Observadora de la Mente desde la Conciencia del Ser, es lo que le ayudará a diferenciar y deshacerse de las ideas ficticias torturantes para reconocer en esencia quien es, y entonces amarse.

Que sepamos deshacernos de darle importancia a las opiniones de los demás porque lo sencillo y relajado es ser uno mismo…

Lo menos esperado

Desde el sumo respeto quiero compartir con vosotros algo que me sucedió anoche.

Recibí en el Messenger un mensaje de una mujer que no conocía y decía «Hola Cris. Estoy muriendo de cancer. Te admiro mucho». Le contesté «Lo siento mucho. Qué puedo hacer por ti.» Seguidamente un segundo mensaje «¿Puedo llamarte por teléfono?» a lo que accedí,

Me dijo que estaba sola en la casa y que tenía miedo de que su marido no llegase a tiempo para despedirse. Se puso a llorar, su respiración estaba muy agitada. Sentí que efectivamente estaba ya por irse.

Sin pensarlo le dije «Llamemos juntas a tus ángeles guardianes para que vengan y rodeen tu cama. Ellos te aman. Llamemos juntas a Jesucristo para que se ponga a los pies de tu cama y con su amor te envuelva. Llamemos juntas a la Madre divina para que se coloque en tu cabecera. Siente cómo entra por tu coronilla una Luz de Amor divino y va bajando por todo tu cuerpo hasta la punta de tus pies…

Mucho rato le estuve hablando y de pronto me di cuenta de que ella misma era un ángel para mi y entendí el mensaje que me hacia llegar y me puse a llorar mientras su respiración se iba haciendo más suave, más débil.

Me puse a decirle muchas veces ¡estoy contigo, estoy contigo! TE AMO, TE AMO una y otra vez hasta que se manchó… y me quedé ahí, mucho rato después, con el teléfono en la mano pegada al oído, en total silencio, sobrecogida ¡Dios mío! gracias. Me había enviado un mensaje de aviso, un toque para que no me distraiga … yo, que estaba en la queja …

Ahora sonrío y no sé explicaros porqué me nace el sonreír, pero sé que me entendéis.

Dejé un mensaje a su marido que supuse lo leería. «Gracias Jael por llamarme, te has ido en paz. Si su marido lee esto que sepa que estuvimos hablando hasta que se marchó en paz» …