Cuando la Mente experimenta la energía, logras conectar más allá de tu cuerpo físico.
Vivimos la vida desde la Mente. Y mientras vivamos desde la Mente estamos atascados en el mundo de la dualidad y la ilusión.
Si la Mente es débil y dominante a la vez, nos frenará a experimentar lo nuevo: los miedos se forman en la Mente.
Somos capaces de crear monstruos que nos acosan. Pero también somos capaces de sembrar Luz con el pensamiento.
Tenemos la capacidad de ser transmisores y receptores de energía para hacer y atraer el Bien. Como, por el contrario, podemos ser manipuladores y crear los más sutiles impedimentos mentales que no nos dejen avanzar.
La toma de Conciencia de cómo funciona la Mente y llegar a experimentarla nos lleva a profundizar en nosotros mismos y nuestra realidad. Pero para ello tenemos que ser valientes, lanzados, atrevidos …
La gran trampa está en querer «ver» desde la Mente. Hasta que no consigamos salir de la Mente estaremos atrapados por ella.
Y ella nos ha enseñado a mentirnos, a falsear la realidad, a engañarnos justificándonos continuamente. Nuestra insatisfacción y conflicto viene de ese sometimiento al mundo ilusorio creado por la Mente no desarrollada.
Así que, vamos a renovar las creencias que tenemos de nosotros mismos. Y como es más fácil saber qué NO soy, vamos a ir descartando qué no soy y qué no quiero más en mi vida.
Para quedarnos desnudos finalmente como el Ser esencial que somos; que tiene una Mente a su servicio …
¿Podemos experimentar al Ser? Si, cuando logramos salir de la Mente.
A eso le llamamos LIBERACIÓN.