Salimos de la idea de Tiempo porque no hay final, no hay meta, no hay más propósito que ser lo que ya se es…cuando se vive desde la Conciencia del Alma.
Ya eres. Ya estás dentro y formas parte del Todo que te da la energía vital necesaria para la existencia. La «forma» en la que existes no tiene la menor importancia.
… salgo de la idea de Tiempo y mi mente deja de tener ocupaciones inútiles y dispersas. Desaparece la ansiedad, los miedos, la angustia.
… salgo del concepto Tiempo y mi mente se aquieta, se vacía, se libera, se aclara por si sola, en un instante sin medida …
No es cuestión de Tiempo. Cuando dejas de contabilizar el tiempo, el exterior se vuelve relativo y «sacarle provecho al tiempo» deja de tener sentido, en cuanto a valor material: rendir, producir, duplicar, … ganar tiempo …
Siempre que hayas conseguido vivir desde la Conciencia del Alma, nada de eso importa demasiado. Te sientes liberado de ese peso de conciencia material.
Desde la Conciencia del Ego, el Tiempo te marca, te controla, te exige. Inevitablemente, el paso del tiempo te consume, te agota… y mueres; con todo lo que implica el temor a la muerte.
Pero vivir desde la Conciencia del Alma es otra cosa. La perspectiva y entendimiento de la vida es mucho más amplia, profunda y generosa porque no hay Tiempo que se gaste o malgaste. Es un continuo fluir, fluir, fluir…. infinitamente, según tu naturaleza y esencia.