Cuando nos quedamos atrapados en el pasado, no nos sabemos perdonar ni nos sentimos capaces de perdonar a los que nos han hecho daño, porque nuestra mente ya se encarga de mantener vivo el agravio y el sufrimiento… y en ese círculo vicioso nos movemos; agotados emocionalmente, decepcionados, desconfiados y en el peor de los casos amargados.
La otra reacción ante los dramas que la vida nos plantea, sería huir hacia futuros ideales, cuando no queremos o no nos sentimos con fuerza de enfrentarnos a los problemas… pero vayamos donde vayamos cargaremos con el sufrimiento silenciado sin resolver, los llevaremos con nosotros como una losa, limitando todas las nuevas oportunidades que la vida nos regale.
Una actitud y un estado mental positivos son vitales para desarrollar bienestar en nuestra vida. Pero, ¿cómo hacer para liberarnos de la carga emocional que condiciona nuestro presente? ¿Qué hacer para sentir realmente cómo el perdón disuelve el peso doloroso que llevamos en el corazón?
Podemos aprender a hacernos conscientes de nuestro cuerpo físico, valorarlo, aprender a tratarlo con respeto, escucharle y amarle. Nos vamos a aceptar y vamos a aceptar lo que ya no podemos cambiar. Nadie es perfecto y solo aprendemos de los errores.
Igualmente tomaremos conciencia de que tenemos una mente por controlar y poner a nuestro servicio. Y desde la voluntad e intención de desarrollarla, iremos purificando nuestros pensamientos, iremos sanando nuestro corazón y puliendo nuestro ego. Seremos más agradecidos.
Durante este proceso, y desde una vida más consciente, dinámica y relajada, nos vamos transformando cada vez a niveles más profundos, hasta alcanzar al Ser eterno en nosotros y por fin identificarnos con él; fundirnos en él.
En esta larga andadura, será preciso utilizar la paciencia, la constancia y la voluntad. Conocernos y amarnos a nosotros mismos es el primer paso. Aceptarnos y perdonarnos sucederá de forma suave porque vendrá acompañada por la compasión que nace en nuestro interior.
Debemos aprender a permanecer centrados, y gracias a la respiración consciente lo conseguiremos.
Con esta renovación de las capas externas; el cuerpo físico, mental, emocional y también espiritual, nos mostraremos totalmente confiados porque es la Fe la que nos guiará hacia el Amor Puro en nuestro corazón.
Igual que sucede en el Universo, nosotros también tenemos que actualizar nuestro Ser. Desde el Amor Puro todo se consigue. Evolucionamos desde la Compasión y el Amor… ese es el estado de felicidad que en nuestro interior más profundo todos deseamos.
Reblogueo espero no te moleste
Besos Cris.
Reblogueó esto en El alma al vientoy comentado:
Perdonando el cuerpo y la mente descansan.
Un post muy cierto os aconsejo leer.
Feliz lunes
Carmen