Vivir conscientes del Ser para que las energías externas no nos atropellen y nos lancen hacia la vanidad y la presunción. Vivir atentos, conectando mente-corazón, para sentirnos en la Presencia de lo que ES, que nos proporciona la verdadera felicidad interior.
En esa firmeza, con esta intención, en esa acción, en ese no-hacer haciendo, mantenernos, para que la Voluntad Divina actúe y podamos vivir -libres de condicionamientos- desde nuestro ser esencial.
Para dejarnos fluir, abandonando el ego y el yo inferior y unirnos –diluirnos- y desaparecer en la Conciencia Absoluta. Vivir desde la comprensión y el entendimiento, situados en un nivel superior en donde es el alma quien ve y siente. Para no dejarnos devorar –manipular- por las energías que alimentan al yo inferior y las pasiones del ego.
Las pruebas y las tentaciones –las trampas- son cada vez más sutiles. El compromiso es cada vez mayor; porque se ensancha el entendimiento, de la misma manera que se ensanchan los huesos de las caderas de la mujer preñada y se dilatan sus órganos para dejar paso al nuevo ser, en ese alumbramiento, único cada vez, doloroso y al mismo tiempo de placer intenso, cuando se vive la experiencia desde la entrega, aceptando el dolor como un desafío.
Aceptamos el destino; el lugar y entorno donde hemos nacido. Pero tenemos que crecer en Conciencia para hacernos dueños de nuestra vida y desarrollarla al máximo de nuestras capacidades. No sólo a nivel externo y material. Sino desenvolviendo y desplegando nuestro espíritu.
Entonces es cuando aparece en los ojos el brillo y belleza del alma.
Reblogueó esto en Descubriendo un verdadero amor…y comentado:
la belleza de nuestra alma es nuestro ser real…el resto solo es contaminación que esta en nuestra mente que no deja ser libre el ser…
Me encanta la fotografía
. Buena entrada