Es sorprendente ver cuántas personas tienen ese deseo tan hermoso de querer ayudar a los demás. Intuitivamente sienten que pueden, tienen un gran anhelo, pero no saben cómo.
Para ello, primero, uno debe hacer un trabajo consigo mismo; equilibrar y fortalecer su cuerpo físico, su cuerpo mental, su cuerpo emocional y su cuerpo espiritual, conectándolos entre si de forma armónica. Es el despertar de la Conciencia.
Se trata de entender y experimentar de que somos energía. Seguidamente aprendemos a ser Canal para manejar y dirigir esa energía vital. Cuando se está practicando REIKI se está liberando la mente hacia dimensiones superiores.
Aquí comienza uno a hacerse consciente del Poder Personal. Cuando sientes eres capaz de manejar esa Fuerza, desde la mente-corazón, para tu beneficio y para el Bien de los demás.
REIKI te da las llaves para abrir esos campos de energía y te enseña cómo usarlos a través de la imposición de manos. Además de aprender a generar y almacenar energía vital para tu propio poder (salud).
Hay que vaciarse de todo condicionamiento. Mediante técnicas de concentración, meditación y ejercicios de respiración consciente, ampliamos el conocimiento intuitivo. Entonces es cuando, verdaderamente, estás preparado para DAR a los demás.
La sanación es un proceso de transformación en ti mismo. Ponerte en contacto con la Energía Pura del Amor Incondicional traerá la información precisa a tus células y ADN. Alineará tus centros energéticos y potenciará tu energía vital.
REIKI tiene tres niveles de aprendizaje a través de la energía cósmica que el maestro transmite en una ceremonia de iniciación. El objetivo es ir al encuentro del maestro interior y del Ser esencial.
REIKI es un regalo generoso que el Universo brinda al ser humano para que se reprograme y reactive dentro de la Red Cósmica de Conciencia Universal.