Parece ser que nuestras mentes sean incapaces de experimentar en profundidad o de sondear el Poder Divino del Creador sobre nuestra naturaleza humana y divina. Que seamos ignorantes de nuestras propias capacidades para trascender el plano material y que no podamos concebir o comprender las leyes que gobiernan el Universo, …. a todo ello nos sentimos ajenos.
Todo aquel que libere su mente del ego y vaya más allá de la lógica y la razón podrá conectarla entonces al Corazón para así ampliar la visión de sí mismo como ser total, de forma insospechada.
Todo aquel que libere su mente de los miedos y el resentimiento que los reviste como una coraza contra el verdadero amor y compasión por sí mismo y los demás, conectará finalmente con su ser esencial que es eterno.
Nos damos demasiada importancia. El darnos demasiada importancia nos anima a exigir de los demás, nos creemos con más derechos que obligaciones, las expectativas se magnifican y de vuelta nos viene las decepciones y la frustración.
Y damos demasiada importancia al mundo exterior; vivimos volcados hacia fuera, esperando reconocimiento y recompensas… poniendo en el centro de nuestra vida el dinero como dios de la felicidad…
Ajenos a nuestra realidad y naturaleza… Ya no más. Vamos ahora a restablecer la conexión con nuestro cuerpo espiritual. Volver a nuestro Centro; nuestro Ser que es Amor Puro. Sentirnos vivos, dándole un sentido a nuestra vida. Viviéndola en el Presente. Mostrándonos agradecidos. Siendo conscientes y sincronizándonos con las energías cósmicas que nos impulsan a evolucionar.