Tu habilidad para sanarte parte de tu intención y deseo por sanarte.
Tu voluntad y anhelo por sanarte debe estar unido al amor que sientes por tí mismo y a la confianza absoluta en tu capacidad para la auto-sanación.
Hace falta Paciencia. No contabilizar el tiempo ni tener expectativas.
Para restablecer nuestra salud debemos atender y equilibrar el cuerpo físico, la mente y el alma, que estando interconectados, nos irán señalando el mejor camino para tratarles adecuadamente hacia la salud y el bienestar.
Físicamente: comer alimentos frescos que crearán en nosotros energía. A la hora de dormir desconectar nuestra mente haciendo unas respiraciones de relajación. Caminar o hacer ejercicio todos los días para oxigenar nuestro cuerpo.
Mentalmente: Desarrollar nuestra mente ejercitando la concentración y la meditación. Desarrollar nuestra Conciencia siendo observadores de nosotros mismos, viviendo conscientemente nuestro Presente. Estar abierto a aprender cosas nuevas, cambiar hábitos, tener pensamientos positivos y constructivos … cerrar heridas emocionales mediante el perdón.
Espiritualmente: Nuestra alma también necesita ser alimentada. El contacto con el corazón, donde reside el Amor y la Compasión, nos ayudará a establecer la paz y la serenidad de forma estable en nuestro interior. La oración, la meditación, la contemplación y quietud, nos ayudan a contactar con nuestro Ser esencial y eterno.
Moviendo nuestra energía vital creamos salud. Equilibrando nuestros centros energéticos creamos salud. Comiendo y durmiendo correctamente creamos salud. Ampliando nuestra visión de la vida, dándole un sentido y cumpliendo nuestro propósito de vida creamos salud. Expandiendo nuestra Conciencia creamos salud. Amar y ser amados es crear salud.
Ser saludables es ser felices.