Vives entre el amor y la rabia pues lo mismo necesitas de otros que no soportas las formas impuestas de actuación. Necesitas integrarte y formar parte de, y de igual manera quieres alejarte porque te sientes infeliz e insatisfecho dentro de sistemas rígidos y normalizados de comportamiento.
Toda una vida de contradicciones y crisis existenciales para terminar condescendiendo y aplanandote -¡uno que es montaña!- a suelos llanos, áridos y uniformes…
La gente común deja su vida en manos de la suerte, desde la resignación y la rendición a ser quien uno es. Porque saltarse las reglas del juego -del conformismo- te lleva primeramente a sufrir al no entender -te confunde- que forzosamente te obliguen a pasar por el aro de la mediocridad y la sumisión a sistemas robóticos que anulan el pensamiento creativo.
¿Dónde y cómo esconder el entusiasmo por la vida que nace con el Ser? ¿Es que no es delito asfixiar la creatividad y la belleza que nace con el Ser?
Pregunto.