Primero nos movemos en círculos y nuestra propia aura es una esfera de energía que nos protege y nos ayuda a percibirnos física y energéticamente.
De igual manera, los círculos en que nos movemos y desde los que nos relacionamos con el exterior varían de tamaño al tener la capacidad de expandirse y crecer dependiendo de cuán conscientes nos hagamos de nosotros mismos y cómo usemos nuestra potencialidad de ser.
En la medida en que conseguimos expandir estos círculos a través del despertar de nuestra Conciencia, dejarán de limitarnos y se irán ensanchando dejando más espacio para nuevos y más pensamientos o también creando más espacio para que entre más Luz.
Estos círculos en nosotros primeramente están bien definidos y diferenciados: El círculo del Ego. El círculo para la Misión de vida. El círculo del Alma. El círculo del Ser esencial.
Estos círculos, mientras nuestra vida avanza y desarrollamos nuestras capacidades, van girando y podemos hacer que se abran y aúnen llegando a formar una espiral luminosa ascendente que al mismo tiempo va multiplicando los círculos de posibilidades nuevas:
El círculo que encerraba el Ego y la Pasión se abre y se transforma en AMOR.
El círculo que encerraba la misión de vida se abre transformándose en ENTREGA.
El círculo que encerraba el Alma personal se abre en compasión y SERVICIO A LOS DEMÁS.
El círculo que se encontraba más alejado, el Ser esencial, se abre y atrae a los demás, absorbiendo sus energías para poder unirse al Todo.
La geometría sagrada tiene su propio lenguaje. A veces durante los sueños nos vienen imágenes de formas geométricas, no pretendamos entenderlas desde la mente, la comprensión aparecerá por si sola en su momento.