El pasado -lo que fue y lo que fui- perpetuándose en sí mismo. La memoria, las creencias, los pensamientos siguen atados a ese tiempo que ya no existe pero se aferran a él mediante los miedos a perder…
Así que hay un esfuerzo mental y emocional por crear un espacio formal por situarme en el presente. Tomo consciencia de que tengo en contra la inquietud, la preocupación y la inseguridad por mi futuro … que están infiltrándose en el ahora, cuando se supone yo debería estar viviendo este momento …
Vivimos dentro de la prisa por tener. Nos empujan, nos exigen y manipulan por todos lados. Existimos dentro de un tiempo ilusorio, engañoso y frustrante.
Es el Tiempo, quien domina nuestra mente, quien gobierna nuestras vidas. Todo debe estar dentro de unos márgenes de tiempo material y eso ha anulado completamente la espontaneidad. Existimos dentro de un mundo cuadriculado y nuestra libertad de ser se ha quedado reducida a un tiempo y espacio cronometrado por los intereses mundanos. Se ha quedado fuera de esa cuadrícula la magia del instante, la creatividad y el mismo Amor.
Por un momento, deja de identificarte con la mente. Sitúate en el ahora. En este preciso momento, párate. Siente cómo te sostienen tus piernas y cómo tus pies están en contacto con el suelo; la Madre Tierra. Cierra los ojos, permítete el pararte y sentir que estás vivo. Ahora, pregúntate «quién soy». Ahora. ¿qué problema tengo?. Ahora. ¿qué echo a faltar?. Ahora. ¿de qué tengo que dar gracias?
Ahora, no dentro de una hora. Ahora mismo, qué problema tengo y qué cosas tengo por solucionar, qué me preocupa.
Este momento, ahora, es el único que tenemos.