Desde pequeños nos han recordado que a este mundo hemos venido a sufrir. Así que, todos tenemos miedo a sufrir. Y muchos se sienten merecedores del sufrimiento y lo viven con resignación. Mientras estemos en el Plano de la dualidad y mientras la mente -que tiene ese programa- nos domine, seguiremos teniendo miedos. Unos miedos serán concretos y reales y otros miedos, los que más, imaginarios, impuestos.
Los patrones de consciencia e identidad que hemos ido adquiriendo desde que hemos sido concebidos y nos han marcado grandemente en nuestros primeros siete años de vida, distorsionando nuestra propia naturaleza, ahora al despertar nuestra Conciencia, nos damos cuenta que en realidad no sabemos quiénes somos. Tenemos todo un trabajo por hacer de limpieza y reconstrucción de nuestra identidad para acabar con todos los miedos e inseguridades creadas al no ser sostenidos y guiados por nuestro propio ser. Vamos a deshacernos de todas las ideas y creencias que no nos pertenecen. ¿Nos atreveremos?
Los miedos comenzaron a aparecer desde la confusión que vivió el niño al ser sacado de su centro de inocencia y felicidad para entrar en un sistema educativo rígido de castigo y premio según eras «bueno-malo», «tonto-listo» y «te quiero si me obedeces-no te quiero si no obedeces». Desde temprano el niño debe cumplir con toda una serie de patrones inflexibles, obligatoriamente, separándole de su «niño interior»; que representa la confianza y el entusiasmo por la vida. Olvídate, aquí no hemos venido a ser felices.
Pero no importa ahora cómo fue o cuánto sufrimos. Este es el momento del cambio. El pasado nos sirvió de escuela de aprendizaje para saber lo que NO queremos más en nuestra vida. Ahora vamos a vivir el Presente plenamente. Este momento es único y es el único que tiene importancia y realidad. Hagamos nuestra vida efectiva, armoniosa y feliz.
Somos el resultado de la educación recibida, de las experiencias vividas, las presiones que tuvimos que soportar, las crisis de adaptación, los fracasos y los éxitos, el ser manipulados por unos y ser manipuladores de otros, víctima y verdugo… todo ello formando una Red, que ahora nos sirve para adentrarnos en el conocimiento de nosotros mismos. Tener las fuerza de salir del estancamiento, neutralizar los miedos y comenzar a hacer cambios para mejor.
En definitiva, RENOVARNOS. RENACER.
Cuando vivimos plenamente en el presente no nos preocupa el futuro ni nos perturba el pasado.