Sea lo que sea que hagas mecánicamente, no tiene beneficio alguno. Sé auténtico, sé tu mismo. Desarrolla la intuición; conecta con tu corazón.
Elige cómo quieres vivir tu vida: Date la oportunidad de experimentar la diferencia: ¿estresado y desde el sobre esfuerzo de no poder disfrutar de la vida? O sentirte vivo; dueño de tu destino y de tu felicidad. Sal de ese estado mental que te dice que no es posible.
Así que, cuando comas hazlo despacio; disfruta de los alimentos y sabrás lo que realmente tu cuerpo necesita y eliminarás de tu dieta lo que no tiene energía sana. «Las células de mañana están hechas de lo que comemos hoy».
Cuando vayas a dormir, desconecta de tu mente y descansa. Desde la respiración consciente suelta todas las tensiones acumuladas durante el día. Entra en un estado de sensibilidad y quietud mental.
Observa al Ego de forma habitual y notarás una transformación gradual y pacífica.
Que entre el Observador y lo observado no haya espacio para enjuiciar y condenar; sólo sé observador y surgirá la comprensión y la compasión por ti mismo y por el comportamiento humano en general.
En cada acto de tu día a día, muéstrate agradecido y amable. Valora lo que tienes; los pasos que vas dando hacia adelante. Crea, desde la respiración pausada y rítmica, un estado de relajación plena.
Cambia hábitos que no te proporcionan salud y felicidad por nuevos hábitos que sí te puedan beneficiar.
Es entonces cuando el anhelo por mejorar entrará en el corazón de forma natural y podrás simplemente FLUIR.