Iniciarse en REIKI para «ayudar a los demás» es un deseo idealista y no es tan concreto y realista como desear iniciarse en REIKI para ayudarse a sí mismo … REIKI, en primer lugar, enseña a conectar y armonizar cuerpo-mente-espíritu en nosotros.
Esta alineación proporciona el entendimiento de quiénes somos, como individuos y como colectivo.
Alineando nuestros centros energéticos y alineandonos con las energías del Universo y la Naturaleza es como logramos salir de todos los condicionamientos y limitaciones de la mente y podremos comenzar a actuar desde el corazón espiritual.
Esta práctica requiere tiempo, autenticidad de intensión y paciencia. Es desde ese estado como se irán modificando nuestros hábitos y se irá incrementando nuestra vibración. De manera simultanea nuestro cuerpo y mente se irán desintoxicando energéticamente.
Sanar significa PONER ORDEN … y hay que hacerlo a todos los niveles del ser.
No hay que tener expectativas ni dejar que la mente comience a enjuiciar … Simplemente dejarse fluir y experimentar en uno mismo la multidimensionalidad del ser. Hay que vaciar la mente y llevar los cinco sentidos al interior y SENTIR las energías , ESCUCHAR con el oído interno , PERCIBIR la Luz en nosotros …
La práctica de REIKI en nosotros mismos nos mantendrá en sintonía con las energías de la Naturaleza y el Cosmos. REIKI nos ayudará a refinar nuestras energías que circularán fluidamente por todos nuestros sistemas.
Esta práctica y transmisión de energía cósmica sanadora que brinda REIKI nos dará en su momento la capacidad de «sanar» a otros por el simple hecho de que irradiaremos energía armónica… entonces es cuando los demás podrán beneficiarse de ella, sin esfuerzo por nuestra parte.