A través de la disciplina y la práctica que voluntariamente uno se impone con el objetivo de sentirse mejor con uno mismo o para directamente desear iluminarse, hace que esos pequeños logros, finalmente alimenten la Conciencia y la expanda.
Pero también está la posibilidad -dependiendo de nuestra real intención- de que esa práctica pase a alimentar al Ego-espiritual y sea la Vanidad la única beneficiada.
Por eso es tan importante que seamos Observadores del personaje -nuestro yo- para no permitirle se posicione en primera persona y sea él quien se abastezca de toda la energía que estamos acrecentando con la práctica; sea con el yoga, meditación, la oración devocional o cualquier otra práctica religiosa.
Es mejor experimentar por nosotros mismos y desde la introspección más neutra posible, seguir nuestra intuición como la mejor guía. Para llegar a este punto, antes tendremos que purificar nuestro cuerpo emocional y mental de todo lo ilusorio que nos impide ver el Camino.
Y es que la INTUICIÓN es la que desvela la Verdad pero ¿estamos preparados para escucharla y seguirla?