Nos marchamos cinco personas a la Alpujarra para hacer el segundo nivel de Reiki en la Naturaleza. Realmente resultó perfecto e irrepetible. Fuimos a sitios preciosos que yo ya conocía… todo ésto en la primavera del año pasado.
Los bancales estaban llenos de flores; literalmente tapizados de amarillo luminoso. Caminamos en silencio hasta la era de Ferreirola a hacer la iniciación y como testigo estaba un majestuoso y anciano castaño.
Primeramente saludamos y pedimos permiso a la Madre Tierra para que nos acogiese, Luego hicimos una relajación y visualización que nos hizo vibrar a todos, conectándonos con las energías del lugar.
Sentados en la tierra hicimos el ejercicio de auto-sanación y luego comencé a dirigirlos en el enraizamiento. Respirando desde el chakra raíz, permitiendo saliese de él las raíces de luz para que se adentrasen en la tierra. Y a partir de ahí -ya enraizados- ir subiendo la energía por cada chakra, respirando conscientemente en cada uno de ellos hasta llegar a la coronilla.
Tenía ganas de llorar y lloré, sin saber si era por tristeza o por alegría, pero el deseo de sentir la Presencia divina era muy fuerte… REIKI te conecta con la energía cósmica y despierta tu Conciencia, impulsa tu energía espiritual y te mete en un proceso de purificación a todos los niveles.
Siendo observadores de nosotros mismos, recobramos conciencia de vida de nuestro actuar mecánico. Estuvimos saboreando la respiración consciente; haciendo de la exhalación e inhalación una noción placentera y dinámica que nos hizo revivir el cuerpo y el alma.
Recreándonos en la expansión de nuestro interior y sintiendo cómo vibraba nuestro espíritu, habíamos conectado con las energías superiores del Universo. Comenzamos a recibir las bendiciones del Cielo; cada uno tuvo su propia apertura a lo que hasta ahora le era insondable.
Así trabaja REIKI y sólo experimentándolo por uno mismo es que se entiende y valora esta maravillosa conexión. REIKI favorece el poder personal que fortalece la esencia y naturaleza de cada uno, reuniendo todas las energías dispersas debilitadas.
Percibir las energías que nos conforman y experimentar cómo trabajan y cómo podemos acrecentarlas y ponerlas a nuestro servicio nos ayuda a avanzar ilimitadamente, más allá del Plano físico. A partir de ahí comienza la maravilla de vivir; sintiéndote el dueño de tu propia vida