Existe una sensación curiosa estando en el camino del despertar de la conciencia y es que cuando surge el sentimiento de alegría por haber completado un entendimiento sobre algo inmediatamente vuelves a sentirte en el punto de partida hacia algo nuevo… sientes cómo se expande el horizonte …
Sabes que lo esencial está ahí y permanece inalterable pero se experimenta siempre algo nuevo: cómo la mente se va despejando, cómo se clarifica, cómo se descorren velos … y todo ello te impulsa a seguir adelante.
El prana, es el ALIENTO que nos estimula a avanzar. Su acción sobre nuestro organismo nutre sutilmente nuestra Conciencia y nos guía intuitivamente a aprovecharnos de él, a cómo almacenarlo, a cómo usarlo en la auto-sanación y mucho más.
Porque el prana es mucho más que ‘energía’. Se manifiesta como magnetismo, electricidad, gravitación… en realidad, todo lo que se mueve en el Universo es una manifestación del prana.
El prana existe en los alimentos frescos madurados naturalmente. El prana está presente en la luz solar, en la tierra, en el agua… todos ellos son transmisores de prana. También nuestros pensamientos pueden estar cargados de prana -de ahí el poder que tiene lo que pensamos y lo que decimos-. Nuestra Alma hace uso del prana para dar fuerza vital al cuerpo físico …
Por el contrario debemos tener en cuenta todo lo que no contiene prana y bloquea los canales y centros energéticos vitales impidiendo su fluidez:
El polvo, el humo, la suciedad, el agua estancada. Los alimentos recalentados, viejos, los pre-cocinados, los que han perdido su olor y sabor natural.
A nivel mental y emocional están los pensamientos negativos de miedo como «no puedo, no sirvo…» y las emociones negativas como la envidia, codicia, crítica, malicia… tantas …
Aunque no seamos conscientes de ello, todas las energías que se manifiestan en forma de vida son de origen pránico. Lo sepamos o no hacemos uso del prana y existimos gracias al prana del cosmos. Pero si lo utilizamos conscientemente, podremos absorberlo y almacenarlo para desarrollar nuestra potencialidad humana.
Los principales puntos de absorción del prana son cuatro:
Las fosas nasales.- La nariz puede captar las variaciones cualitativas del aire. Nos alertará del mal olor o del aire enviciado y sin prana. Así como se sentirá atraída por los perfumes y los olores que desprende la naturaleza y que contienen prana.
Los alvéolos pulmonares.- En los pulmones se separa el oxígeno del prana que pasará a la sangre.
La piel.- Es el órgano más amplio y con mayor capacidad para absorber el prana. Las telas sintéticas impiden el paso del prana a la piel. Ponerse al sol durante horas para broncear la piel no es lo mismo que ‘asolear’ la piel para absorber prana
La lengua.- A través de los alimentos, nos llega también el prana, su fijación se hace por la lengua. Se mastica el alimento, se ensaliva absorbiendo el prana, y luego se traga pasando al sistema digestivo. Pero el efecto vigorizante de una comida está en su energía pránica.
Tomemos pues conciencia del aliento vital que nos proporciona el prana. Descubramos que es posible llenarnos de él a voluntad, haciéndonos conscientes de que nosotros mismos estamos compuestos de la misma energía sutil que compone el Universo.
«Como es abajo es arriba»
(inspirado en el libro de André Van Lysebeth «Pranayama. A la serenidad por el yoga»)