Todo lo que siento y se queda sin expresar no me enriquece. Es más; me limita. La autorrealización es vivirse a sí mismo de forma plena; aceptarse, respetarse, amarse … de forma armónica y equilibrada. Esto sucede cuando conseguimos sanar nuestro cuerpo emocional y conectar mente-corazón.
Responsabilizarnos de nosotros mismos y permanecer inalterables -desde el desapego- a lo largo de todos los cambios y circunstancias que sucedan en nuestra vida, sabiendo ya que todo es relativo y depende de nuestra actitud y decisión el cómo queremos vivir nuestra vida.
Hacernos conscientes de quiénes somos es fundamental. Es entonces cuando se despejan todos los «velos del olvido» que cubren nuestra existencia. Descubrimos el sentido y propósito de nuestra vida, la aceptamos y la enriquecemos. Esta conciencia interna proporciona un estado de madurez y plenitud a nuestro cuerpo emocional.
Es así como crecemos en un sentido externo; en capacidad de desarrollar nuestra Conciencia siendo observadores de nosotros mismos y crecemos internamente creando un estado sólido y permanente de confianza y amor.
En la medida que fortalecemos nuestro cuerpo emocional, nuestro Yo Superior se hace cada vez más concreto y fuerte. Y no nos olvidemos de que, nuestro Yo Superior, somos nosotros mismos experimentando otras dimensiones más elevadas, de nuestro ser, desde el Amor Puro.
Vamos a cultivar la meditación o la introspección, el Silencio y la Quietud … para Bien de nuestro cuerpo emocional.
Es así como descubriremos nuestras sombras y emociones negativas -algunas de ellas incluso destructivas-. Y vamos a ir disolviéndolas y transformándolas desde el perdón y la aceptación. Ver la Realidad sin la mente que juzga y castiga es ver la Verdad, que es todo Compasión.
Vamos a ordenar nuestra vida afectiva sobre una base positiva. Podremos entender entonces que actuar desde la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás, es lo que nos mantiene en la Salud y la Felicidad.