Cuando se vive desde el Ego-Mente, vivimos en el sufrimiento y la contradicción, porque éste lo quiere todo, nada le parece suficiente y en todo encuentra algún fallo. Siempre está maquinando desde la inseguridad y el miedo por el futuro.
El Ego hace al cuerpo físico rígido, denso, inflexible … entonces, en algún momento, comienzan los dolores de espalda, las desviaciones de columna … y hasta las actitudes y el corazón se endurecen … creando más enfermedades.
Conseguir salir del Ego -ese yo pequeño pero tirano- para adentrarnos en el Amor del corazón, expandiendo así nuestra Conciencia del Ser esencial que somos, es lo que nos permite sacudirnos todas las complejidades de la Mente para comenzar a experimentar la Dicha de la sencillez, y para descubrir la sencillez dentro del Amor.
Una vez introducimos en nuestras vidas alguna práctica que nos ayude a flexibilizar nuestra mente y nos ayude a controlarla, comenzaremos a ser Observadores de nuestro Ego para que de forma no agresiva -por sí mismo y de forma natural y gradual- se vaya corrigiendo … es decir, irá dejando de estar centrado en sí mismo en la medida en que su percepción se vaya haciendo mayor e introduzca en su corazón a todos los demás seres vivos y se sienta parte del Todo …
Esta transformación se consigue a través de la meditación, la oración, yoga, Reiki, y muchas prácticas más a elegir. Cuanto más sencillos nos hacemos, más transparente se vuelve nuestra mente, más ligeros, sin forma, sin expectativas, …
Es posible y ahora es el momento.