Perdonar es un acto del que sólo nos beneficiamos nosotros mismos. No vayamos a pensar que estamos perdonando la vida a nadie… eso son sólo trampas del Ego.
La amabilidad y la tolerancia, aunque estén dirigidas hacia los demás, nosotros somos los beneficiados.
La paciencia que creemos tener con los demás nos sirve para nutrirnos de sabiduría.
La caridad que tanto gusta al Ego no tiene nada que ver con la compasión que nace en el corazón.
Cada acción y actitud, buena o mala, hacia los demás, principalmente revierte en nosotros mismos.
Así que, amar a los demás como a nosotros mismos o amarnos a nosotros mismos como amamos a los demás, viene siendo exactamente lo mismo.
Somos Uno.