Cada uno tiene su mundo particular y luego está el mundo de todos al que nos sentimos con derecho a andar por él como se nos plazca…. O sea, que ese mundo de todos que nos resulta cruel, inhumano, despiadado, y un largo etcétera, al cual salimos a trabajar y a proveernos, somos todos aunque nos relacionemos con él como algo ajeno y aparte …
En mi mundo vivo acomodada con las personas que me placen; mi mundo es como yo lo siento y quiero. Nadie tiene derecho a entrar en él si yo no lo permito. Me evado en él. Me regocijo en él. Está construido según mi persona.
En mi mundo me muevo con los valores y principios que considero importantes y necesarios. Cuando salgo al mundo de todos me protejo y lidio acorde a las leyes de fuera. Por supuesto que todos contribuimos en que el mundo de todos vaya en una dirección u otra. Peros si no fuese por nuestro mundo interior todos estaríamos más desquiciados… o no …
En mi mundo no necesito estar a la defensiva ni hay peligros que me acechen. Pero cuando salgo al mundo de todos , es tal la diversidad de trampas y artimañas que el ser humano ha creado, que la vida misma resulta un campo de batalla… vuelvo a mi refugio.
Así y todo, dentro de esa polaridad, el Alma crece unificando los opuestos. Amor/Miedo, Certeza/Inseguridad, Rabia/Serenidad … será debido a la coherencia que buscan encontrar Mente/Corazón …
En mi mundo particular y también en el tuyo existe la Conciencia que tiene la propiedad de reconocer al Espíritu que habita en mí y en ti… cuando nos deshacemos de los Miedos -de nuestro mundo interior- también desaparecen como «miedos» en el mundo de todos.