¿Qué interés nos lleva a seguir a un maestro espiritual?
El conocimiento que imparte un maestro queda en la superficie -como información- a menos que se practique, se experimente, se asimile y se integre lo que él nos enseña. Al tener unas dimensiones mucho más profundas de lo que en principio podemos llegar a pensar, debemos dejar a un lado la mente que siempre se resistirá al cambio.
Se actúa solo a nivel mental mientras se cuestiona y se juzga al maestro…
Encontrar el equilibrio entre la entrega al maestro y el desapego, requiere del ejercicio de estar centrado en el corazón. Mientras desarrollamos nuestra Conciencia fortalecemos la seguridad en nosotros mismos, ganamos en intuición y desde nuestro corazón comienza a vislumbrarse la Verdad y la certeza de ser.
¿Desde qué parte de nuestro Ser buscamos el conocimiento?
La Mente calcula los beneficios que puede obtener. Inclusive se llena de ansiedad y se puede obsesionar o impacientarse por no progresar en la meditación… la Mente puede jugarnos malas pasadas y obstaculizar el proceso de transformación y auto-realización si estamos llenos de expectativas.
¿Es sólo interés superficial o real anhelo el que nos lleva a seguir unas prácticas espirituales?
El maestro nos enseñará a conectar Mente-Corazón. A través de la Respiración consciente aquietaremos los pensamientos y aprenderemos a controlar los sentidos. Se irán deshaciendo las resistencias. Despertará nuestro anhelo por el Saber que comienza a fluir en nosotros.
El SABER desarrolla el conocimiento interior de forma directa -la inteligencia intuitiva-. Nace ahora el Amor Puro; la Compasión. La inclinación espiritual y el recogimiento se convierten en actitudes naturales.
La Conciencia posee muchos niveles hasta la infinitud: es Luz. Mientras avanzamos en el Saber -descubriendo todo nuestro potencial-, la Conciencia se hace más luminosa, más sutil y es ella la que nos impulsa y la que eleva nuestra condición de seres humanos y divinos.
Hola Cris, «algo» me ha llevado hoy aqui, no sé como, pero te he leido algo que mi ser sabia, pero no mi mente. Cierto que esta me ha hecho malas pasadas, pero intento aprender de ellas tambien. Darte las gracias por esas palabras que me traen calma y valor para seguir evolucionando. Un abrazo