Muchos jóvenes buscan a través de las drogas y del alcohol aturdir la mente buscando experiencias fantásticas que le produzcan «alegría». y les desinhiban de sus estrechos esquemas mentales. Su frustración les hace preferir vivir en el letargo, al sentirse invalidados para ser ellos mismos.
Si desde la niñez fuesen enseñados y guiados a desarrollar la mente, a reactivar y centrar las energías de su cuerpo, su vida tendría una dimensión infinitamente mayor. Y si fuesen enseñados a conocerse a sí mismos e ir a la Fuente y Esencia de su Ser esencial, sabrían entrar en el éxtasis natural en sí mismos, que es la Alegría.
La Alegría es una energía pura que envuelve a nuestro ser esencial y está ligada al Amor Incondicional. Es el Fuego Sagrado que nos proporciona el entusiasmo necesario para vivir con dignidad nuestra condición humana.
En la espontaneidad hay alegría. En la libertad de SER uno mismo, hay alegría. Y ese júbilo profundo, brota del Espíritu; ES el mismo Ser esencial manifestándose. Y seguro lo habréis experimentado alguna vez; esa dicha que está más allá de la razón o causa concreta. Surge con una explosión de risas, como un surtidor de agua que precisa salir al exterior..
Desde esta perspectiva, el ser humano no estaría viviendo la decadencia y degradación que lamentablemente es el resultado de una existencia superficial, alejada de su potencialidad real. La clave está en enseñar a los niños a conectar cuerpo-mente-corazón y guiarlos a vivir en perfecta armonía con la Naturaleza y el Universo. Somos parte del Todo.