Estar asentado en el plano de la Dualidad es vivir desde el SI/NO pegados uno al otro. Es desear una cosa desde el corazón mientras la mente te está diciendo hacer lo contrario. El corazón anhela y te guía hacia algo pero rápidamente aparece la mente con argumentaciones y razonamientos para que desistas. El miedo es su gran aliada. La inseguridad y la duda atraen pensamientos que contribuyen a crear conflicto.
Este sentimiento de confusión y angustia, ocurre por no estar la mente-corazón sincronizados en un único propósito.
Conseguir esa fusión, significa trascender el mundo dual y colocarse en el Camino de la Certeza. Sencillamente SER quien uno es, sin pretender ser otro.
Para salir del mundo de la dualidad tenemos que soltar toda carga mental y emocional que no nos pertenece; creencias y condicionamientos. Además de todas aquellas vivencias que dejaron heridas en nosotros y que se han quedado enquistadas porque no supimos transformarlas y asimilarlas.
Una vez esté todo el terreno limpio, toca CONSTRUIR. Para ello nos haremos responsables de nosotros mismos; de nuestra felicidad, de nuestra salud y de nuestro destino.
El material que utilizaremos será nuevo o reciclado. Además, tenemos que tener un plano de lo que queremos edificar, de lo que queremos crear en nosotros.
El hacernos responsables de nuestra vida -desde esta nueva actitud llena de posibilidades- sentiremos llegar la abundancia; alegría y satisfacción con nosotros mismos.
Cuando uno siente que está haciendo lo correcto, lo siente en el corazón como una certeza. Mente y corazón están unidos. Ya tenemos los cimientos.
Con todo el resto de materiales habremos construido el cuerpo espiritual : la confianza (fe) y el Amor.
Has construido la cuarta dimensión : La unicidad con tu ser. Ahora comienza la Compasión, al vivir desde el corazón.