A la persona espiritual la guía su espíritu, siempre presente. Utiliza la reflexión y auto-crítica constructiva para su avance.
Nada externo puede identificarla correctamente. Vive en un estado interno de complacencia y Paz. Nada la perturba. El silencio solemne y el recogimiento son sus mayores placeres.
Nada externo la distrae porque su visión está enfocada en lo Superior; lo que está por encima de la razón, la lógica y el mundo material. Y es así como preserva su humildad y sencillez.
Esta es la recompensa de dejar atrás el Ego; la dicha de la unión con lo sagrado.
💖