El Hogar está en el corazón. Cuando por fin llegas a él, después de un largo viaje de búsqueda, miedos, sufrimiento e inseguridad, te reconoces a ti mismo como el dueño de tu vida y al mismo tiempo como siervo del Absoluto Hacedor.
El Templo está en el corazón. Cuando por fin dejas de buscar fuera la felicidad llegas extenuado a tu Templo. Ya no hay más deseos de ir y venir, no más necesidad de planear y hacer. El Silencio se vuelve amigo. Y experimentas que, en tu corazón, se encuentra todo lo que anhelabas y que te conecta con lo sublime de la divinidad dentro de ti.
En el templo que es mi hogar y llamo corazón, siento la paz y el amor que me liberan de todo apego.
Ya nada vuelve a ser lo mismo. Ya la Conciencia ha comenzado a expandirse dejando entrar la Luz al corazón que es Amor Puro.
Ya nada vuelve a ser lo mismo y no hay vuelta atrás. La vida es la misma aparentemente pero ahora sí eres dueño de tu vida y la vives plena y conscientemente.
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Cierto. Gracias mil.