¿Cuán creíble son nuestras palabras? Vivir en la Mente es como estar en una jaula. Puede ser una jaula bonita, inclusive cómoda, pero sigue siendo una jaula. Tenemos en la Mente, palabras e ideas, que nos resultan reconfortantes porque con ellas nos justificamos. Nos proporcionan un consuelo momentáneo, de cara al exterior, pero que muchas veces sólo sirven para auto-engañarnos.
Tenemos también en la Mente, un montón de información, que nos abastece a la hora de hablar y sirve para envanecernos por todo lo que sabemos y también para reafirmarnos en nuestras ideas y filosofía de la vida aunque luego sólo quede en eso y no lo pongamos en práctica.
El día en que haya coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos habremos dejado de engañarnos a nosotros mismos.
Mientras tanto, como el proceso es largo, tenemos que mantenernos con la Conciencia alerta, siendo conscientes del yo-personaje y del Ego y sus resistencias al cambio.
Dejemos de pensar en el amor como sentimiento y de limitarlo al afecto que sentimos por otros. Dejemos de sufrir por «falta de amor» o de exigir amor y tener expectativas sobre lo que llamamos amor …
El AMOR es un estado del Ser dentro del cuerpo físico. Es el que nos sostiene y alienta. El AMOR es el que da sentido a la vida. El que nos hace sentir dignos e íntegros, desde el amor y respeto hacia nosotros mismos. Somos energía de AMOR.
Donde no hay Amor hay miseria (interior). El Alma se empobrece por falta de Amor, se enferma. Cuando la Fuente de Amor se seca o deja de fluir, la enfermedad se vuelve auto-destructiva.
La brújula para no perdernos es la Conciencia y para mantenerla activa debemos ser Observadores de nuestros hábitos y actitud para mejorarlos, que no se contaminen ni se corrompa el corazón espiritual. DAR AMOR es la actitud. SER AMOR es la clave.
El AMOR es la Fuente de paz interior, es Salud integral.