Si queremos terminar con esta lacra de violadores que creíamos por los años 60 que se terminaría con la «libertad sexual» y ahora vemos que ha empeorado en crueldad y sadismo, tenemos que profundizar en el problema para poder erradicarlo.
Que la Justicia condene a penas máximas a los violadores es algo que debe hacerse ya. Pero el castigo carcelario no es suficiente ni garantiza el que esos hombres vayan a ser reeducados correctamente al salir de la cárcel. Al contrario, muchos salen resabiados y más firmes en sus patrones de conducta.
Yo me pregunto por las madres de esos hombres …
Si buscamos la raíz de este problema tan atroz contra la mujer nos vendrá la imagen de una madre que, al no valorarse, no sabe transmitir a sus hijos el respeto que se le debe a la mujer.
Estos varones necesitan además atención psicológica para poder reinsertarse en la sociedad.
Y la MUJER debe posicionarse y plantarse firme en su esencia. Ella es la educadora, la sabia, la guardiana del hogar, la mujer medicina, la regidora desde el corazón, la guerrera de almas. Para que pueda transmitir a sus hijos y hijas, el valor del ser humano.
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Estoy de acuerdo. Gracias