¿Qué nos debilita como individuos? Le hemos dado todo nuestro poder a otros; al que gobierna, al médico, al sacerdote, al maestro … a nuestra pareja … Eso significa que hemos dejado de pensar por nosotros mismos. Hemos dejado de producir nuestra propia salud y felicidad esperando (o exigiendo) que los demás nos las proporcionen. No confiamos en nuestras propias decisiones o cedemos -hasta la sumisión- por evitar el enfrentamiento. No confiamos en nuestra propia capacidad para dirigir nuestra vida o sencillamente no tenemos la energía para ello. En pocas palabras; hemos perdido Poder de acción.
Como nos cuesta tomar decisiones, buscamos apoyos y caminos «fáciles». No queremos responsabilidades. Necesitamos que los demás reconozcan nuestra valía, no basta con nuestro propio reconocimiento. Y un ejemplo de nuestra pérdida de poder es que no tenemos capacidad para sanarnos física y emocionalmente, cuando está en nuestra naturaleza el poder hacerlo.
Dependemos excesivamente de los demás para nuestra propia felicidad. Este viejo sistema de dependencias es hora de que termine. Debemos innovarnos en este sentido; necesitamos más emancipación y firmeza.
Empoderarnos, no desde el ego sino desde nuestro ser esencial, desde nuestra propia naturaleza. Y para ello debemos conocernos a nosotros mismos. Tenemos que depurar nuestra mente temerosa dando un giro a nuestro campo de pensamientos y emociones para activar nuestra AUTO-DETERMINACIÓN.
Impulsando nuestra independencia es como encontraremos nuestras más elevadas capacidades y una mayor felicidad. Es momento de actualizar nuestro potencial y expresión como seres humanos. Creando una mayor expansión de Conciencia, comenzando por la sanación emocional; dejando el pasado en el pasado y aprendiendo a ganar autonomía en todos los niveles y campos de nuestra vida.
Tu decides.
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRAS.