La angustia y la ansiedad que nos somete

La capacidad de pensar por uno mismo; aunque suponga un enfrentamiento con el dolor de la realidad. Aunque signifique tener que reconocer nuestras limitaciones y debilidades, admitir nuestros errores y fracasos … que en verdad nos fortalecen para mejorar.

Pensar por sí mismo para que las creencias de otros no nos confundan. Para poder hacernos cargo de las responsabilidades que nos corresponden pero no más.

Reconsiderar y popner orden en nuestras prioridades y en nuestro mundo interno.

Para poder fortalecer nuestra soberanía personal sin caer en la soberbia, desde la humildad, porque una cosa no está reñida con la otra.

Alinear las nuevas visiones de nuestra Conciencia con el Saber innato y perenne de nuestro espíritu.

Saquemos fuera toda la ansiedad y la angustia reprimida porque son sólo trampas mentales para mantenernos sometidos.

No nos sintamos obligados a actuar de forma distinta a como desea nuestra Alma.

¿Qué nos debilita?

mujer-dibujo-geometria-sagrada¿Qué nos debilita como individuos? Le hemos dado todo nuestro poder a otros; al que gobierna, al médico, al sacerdote, al maestro …  a nuestra pareja … Eso significa que hemos dejado de pensar por nosotros mismos. Hemos dejado de producir nuestra propia salud y felicidad esperando (o exigiendo) que los demás nos las proporcionen. No confiamos en nuestras propias decisiones o cedemos -hasta la sumisión-  por evitar el enfrentamiento. No confiamos en nuestra propia capacidad para dirigir nuestra vida o sencillamente no tenemos la energía para ello. En pocas palabras;  hemos perdido Poder de acción.

Como nos cuesta tomar decisiones, buscamos apoyos  y caminos «fáciles». No queremos responsabilidades. Necesitamos que los demás reconozcan nuestra valía,  no basta con nuestro propio reconocimiento. Y un ejemplo de nuestra pérdida de poder es que no tenemos capacidad para sanarnos física y emocionalmente, cuando está en nuestra naturaleza el poder hacerlo.

Dependemos excesivamente de los demás para nuestra propia felicidad. Este viejo sistema de dependencias es hora de que termine. Debemos innovarnos en este sentido; necesitamos más emancipación y firmeza.

Empoderarnos, no desde el ego sino desde nuestro ser esencial, desde nuestra propia naturaleza. Y para ello debemos conocernos a nosotros mismos. Tenemos que depurar nuestra mente temerosa dando un giro a nuestro campo de pensamientos y emociones para activar nuestra AUTO-DETERMINACIÓN.

Impulsando nuestra independencia es como encontraremos nuestras más elevadas capacidades y una mayor felicidad. Es momento de actualizar nuestro potencial y expresión como seres humanos. Creando una mayor expansión de Conciencia, comenzando por la sanación emocional; dejando el pasado en el pasado y aprendiendo a ganar autonomía en todos los niveles y campos de nuestra vida.

Tu decides.