Cuando una persona reconoce su torpeza para integrarse en el mundo exterior, necesita ayuda para ‘enraizarse’ a la Madre Tierra. Parte de este tipo de personas está vagando en el espacio; su fantasía es superior a su capacidad de concentrarse en la realidad de lo cotidiano. Para mejorar la relación y ubicación en el plano terrenal aquí va un ejercicio que puede ayudar a mejorar su vida :
Sentado cómodamente, con la espalda recta, ojos cerrados y respiración consciente, suave y profunda, hasta conseguir que la mente entre en quietud y el cuerpo físico esté totalmente relajado.
Con cada inspiración -por el poder de la intención- sentiremos cómo entra por el chakra de la coronilla un rayo de Luz dorada que llevaremos al centro del pecho -a nuestro corazón espiritual-. Con cada respiración iremos concentrando en forma de esfera esta energía cósmica en nuestro pecho.
Cuando sintamos su resplandor y fuerza, empujaremos esta esfera dorada hasta el CHAKRA RAÍZ.
Una vez concentrada en el chakra raíz, la empujaremos fuera, y sentiremos salir de nosotros una raíz de luz que comenzará a ramificarse y extenderse. Seguiremos pujando hasta conseguir que estas raíces se agarren fuerte a la tierra; se enraícen en la Madre Tierra.
Sentiremos y experimentaremos nuestro Ser como si fuese un árbol de vida, los cinco chakras inferiores (raíz, sacro, plexo solar, corazón y garganta) como el TRONCO -a lo largo de la columna vertebral subiendo la savia-. El sexto chakra del Tercer Ojo y el séptimo de la coronilla, convertidos en precioso follaje; ramas y hojas de Luz, nutriéndose de la energía cósmica que les envía el Sol Padre.
Este ejercicio de enraizarse en la Madre Tierra, proporciona seguridad en sí mismo, confianza y confidencia en la leyes de la Naturaleza de la que somos parte.
Pidamos a la Madre Tierra que nos ayude a cumplir de manera impecable con nuestro propósito personal de vida.