Permanentemente la Naturaleza -como ser vivo- está creando, muriendo y renaciendo… inclusive está ‘destruyéndose’ para volver a crear y recrearse en sí misma. Está soltando, vaciando, -en continuo movimiento- reemplazando lo viejo, para poder renovar se Belleza completamente y en profundidad.
Y nosotros, humanos, somos dentro de la Naturaleza, formamos parte de ella. Si nos sincronizamos con ella, podemos beneficiamos de su sabiduría y generosidad. Podemos ver sus señales y fluir dentro de los cambios cíclicos a los que estamos expuestos. .
No existe en la vida ningún sistema cerrado o sin salida. Tampoco en nuestro cuerpo. Tenemos, por ejemplo, la piel como el mayor órgano de absorción de energía y de expulsión de toxinas.
Somos seres saludables por naturaleza. Todo lo que obstaculiza la fluidez de vida -la energía vital- debe ser eliminado.
Todo lo que obstaculiza la fluidez de vida crea enfermedad, desequilibrio energético. Y es a nivel emocional donde están las mayores resistencias y rigidez debido a la represión de emociones.
Toda esa obstrucción energética y falta de expresión se materializa finalmente en el cuerpo físico a través de erupciones, fiebre, alergias, congestión, dolores, intolerancias, irritación, fatiga, dependencias … y un largo etcétera.
Existen siete emociones básicas que son tóxicas y nos limitan:
MIEDOS – INSEGURIDAD – APATÍA – SOLEDAD – HIPERSENSIBILIDAD – SERVILISMO – BAJA AUTOESTIMA.
Todas ellas crean de alguna manera dependencia emocional y sufrimiento. El sistema inmunológico se debilita ante los conflictos emocionales que pueden llegar a desatar crisis de ansiedad y estrés si no se atienden en sus primeras fases.
¿Cuáles son las emociones positivas y saludables? Correcta valoración de uno mismo, aceptación de nuestras limitaciones, optimismo, serenidad, confianza, paciencia …
¿Cómo convertirnos en nuestros propios sanadores y maestros? Responsabilizándonos de nuestra salud física, mental y emocional. Cuidando de nuestra alimentación y horas de descanso. Dedicándonos un tiempo cada día a nosotros mismos. Aprender técnicas de respiración para conectar con nuestro interior. La meditación o la oración, el yoga, Reiki, Mindfulness y otras muchas técnicas y disciplinas para el crecimiento personal, nos pueden ayudar a reconectar con nosotros mismos.