Nuestra historia personal es circunstancial, relativa, y sólo tiene valor a nivel del Plano físico.
Nuestro propósito de vida, es parte de la esencia de nuestro Ser que es por siempre.
Si no tenemos un propósito de vida, si no despierta en nosotros la Conciencia de Ser, no avanzamos, no evolucionamos.
Asumir quien soy, me hace responsable de mi mismo; de mi cuerpo físico, de mi salud mental, de mi felicidad emocional y de mi desarrollo espiritual.
El compromiso que adquiero conmigo mismo me ayuda a conectarme con mi Alma y mi Espíritu. Y éste me reconectará con las energías cósmicas del Universo.
Primero me observo y me convierto en Observador neutral del personaje que actúa en mi. Luego siento mi Ser y percibo más allá de él. Entonces dejo de poner resistencias y me dejo fluir, como conciencia, en la Conciencia Suprema de la que soy parte y a la que pertenezco.