Tenemos que saber y experimentar que los pensamientos y las emociones son energías. Somos energía. Y lo mejor para entender cómo funcionan las energías en nuestros diferentes cuerpos es trabajar con ellas a través del Yoga, Reiki y otros sistemas que también contemplan la importancia de saber crearlas correctamente, conducirlas, almacenarlas y refinarlas.
Podemos aprender a generar energía y transferirla al lugar correcto. Es posible. Por ejemplo, cuando el flujo de energía es débil en el chakra del plexo solar, el sistema digestivo no tiene fuerza para el proceso de digestión y puede que no tengamos apetito o que nuestra digestión sea lenta y pesada. ¿Qué entorpece o dificulta el hacer una buena digestión?
Cuando alguno de nuestros chakras -centros energéticos- están bloqueados nos sentimos emocionalmente alterados, cansados o irritables. Se hace preciso entonces desbloquear y remover todas esas energías densas y tóxicas que están impidiendo el libre flujo. Estas energías provienen de situaciones emocionales no resueltas y que están ligadas a procesos mentales, creando rabia, enfado, miedo, frustración, inseguridad …
La energía se mueve en nosotros por canales energéticos como si se tratase de las aguas de un río. Cuando el río no puede contener el exceso de agua que ha estado bloqueada en algún punto, de pronto se desborda y altera su curso. De igual manera, la energía bloqueada en uno o varios puntos en nuestro cuerpo energético daña nuestra salud creando enfermedades.
Podemos incrementar el nivel de energía y también refinar su calidad convirtiéndola en Prana. Y ello lo hacemos desde la respiración: inhalar, retener, expandir, exhalar.
También una alimentación sana nos ayuda a restaurar la energía vital.. Una cosa es nutrirse correctamente y otra muy distinta saciar el hambre. Somos lo que comemos. Seamos pues responsables de nuestra salud.
El Prana nos ayuda a elevar la Conciencia. Brinda energía a los chakras superiores y nos proporciona paz mental y plenitud en todos los niveles de nuestro ser.
Queramos o no queramos, seamos conscientes de ello o no, estamos dentro de un proceso de cambio continuo, de evolución.