No podemos quedarnos y marcharnos al mismo tiempo.
No podemos ser demasiado tolerantes y demasiado exigentes a la vez.
No se puede amar enteramente y al mismo tiempo sentir el temor a perder …
Quisieramos que las cosas fueran de cierta manera. Desearíamos una realidad que sólo está en nuestra mente … pero preferimos engañarnos. Nos asusta tomar decisiones…
Los conflictos nacen en esa dualidad y mientras nuestra mente se mantenga en la duda. Hay que elegir con claridad, sin titubeo.
Escuchemos a nuestro corazón. Confiemos en nuestra capacidad de elección; ocurra lo que ocurra…
La intuición es la voz del alma.