Yo me perdono

El perdón es una palabra extraña que tiene trampa…

Si hubo una ofensa, pido perdón al ofendido pero, ¿y si el ofendido no perdona? ¿debo sentirme culpable para siempre? ¿no tiene un problema el ofendido al no querer perdonar, más que el que comete la ofensa que ya se ha arrepentido?

¿Qué poder tiene el ofendido cuando, según su decisión de perdonar o no, juzga , libera o sentencia al otro a un castigo de cargar con la culpa?

No quiero darle el poder a nadie de que me enjuicie por su cuenta. Me otorgo -a mi Conciencia- el poder de redimirme a mi misma.

Eso es suficiente, ante mi arrepentimiento sincero y rectificación. El aprendizaje de mi falta me lleva al auto-perdón.

Ya si el ofendido, se queda envenenándose en el rencor y no resuelve en sí mismo la herida, es su problema. Podríamos preguntarnos ¿cuánto tiempo es razonable para procesar una ofensa y liberar al ofensor de su culpa?

Lo máximo que se puede hacer con el ofendido que no quiere perdonar es enviarle una oración de amor y luz, todos los días, para ablandar su corazón.

Decir de corazón «lo siento«. y seguir el camino.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s