El primer gran error es que ya no se enseña a PENSAR. Ni siquiera eso entra en consideración, tan inconscientes vivimos de esta capacidad primordial. Porque si no sabemos pensar, no sabemos dilucidar, discernir, elegir, solucionar, discurrir … ni conocernos a nosotros mismos; el segundo gran fallo.
¿Qúe tenemos en mente? Parece como que los que nos dirigen nos prefieren así; ignorantes e inconscientes. Preocupados exclusivamente por la comodidad material y el entretenimiento barato.
Y así se comportan las mentes débiles, las mentes que no soportan una disciplina, las que no tienen fuerza de voluntad, las que enseguida se escaquean ante algo que necesita atención o esfuerzo. Las mentes que no saben ver más allá de lo inmediato y por lo tanto no saben planear o prever las consecuencias de sus actos.
Mentes embotadas que no saben parar el ruido que ellas mismas producen; miles de pensamientos en el cerebro sin orden ni propósito. Mentes dominantes, torturadoras, llenas de miedos e inseguridades. Mentes fantasiosas, perdidas en ensoñaciones sin sentido y con una realidad desfigurada.
¿CÓMO FORTALECER LA MENTE? Hay que estar preparado para seguir un entrenamiento o disciplina, creando un compromiso con uno mismo. Sin expectativas ni impaciencia, sabiendo que éste es un largo proceso pero que se empiezan a ver pequeños resultados desde el comienzo.
Comencemos por hacer trabajos de CONCENTRACIÓN. Ser Observador consciente del día a día, para poder ir transformando los malos hábitos en unos nuevos más acordes a la realidad que se quiere conseguir.
Haciéndonos responsables de nuestra salud, bienestar y felicidad es como iremos avanzando en hacernos dueños de nuestra vida.