Ahora mismo tenemos la suerte de poder elegir entre muchas técnicas para nuestro crecimiento personal. Pero aplicar cualquiera de ellas manteniéndose uno en la mente, hace que el avance sea lento y engañoso.
El salto de nivel de conciencia sucede sin esfuerzo y sin intervención de la mente.
Primero tendremos que aprender a salir del espacio reducido del Ego. Tendremos que desarrollar la mente hasta que ésta se dilate, perdiendo las formas del orgullo personal para poder unirse al corazón.
Pongamos un ejemplo; decido perdonar a alguien desde mi mente, razonando que es lo mejor; ‘ debo perdonar’ y así yo mismo sanaré mi corazón herido que está lleno de resentimiento y dolor. Por mucho que me convenza de ello, esto sólo será un acto mental y su efecto durará un tiempo -mientras lo mantenga alejado de la memoria-, pero seguirá ahí, en algún lugar del subconsciente, latiendo, filtrando veneno calladamente.
Este es el ‘yo’ que calcula y planea desde la mente, para su propio beneficio (el ego). Cuando expandamos ese ‘yo’ hasta hacerle perder su forma e importancia será entonces como una gota de agua diluyéndose en el océano. Será la Conciencia del Ego adentrándose y perdiéndose en la Conciencia Suprema.
Ese será el momento en que, instintiva e intuitivamente, nos dirigiremos al centro de nuestro ser, en el corazón espiritual. Y desde ahí, entonces sí, pedir perdón y perdonarnos a nosotros mismos.
Y la liberación sucederá instantáneamente. Porque la fuente de Compasión y de Amor está en nuestro interior y.no tiene espacio que la limite.