Han pasado muchos años desde que elegí entrar en el Camino de la espiritualidad. Son muchas también las experiencias vividas que me han ido confirmando y afirmándome que ese es el Camino por el que se puede transitar de muchas formas pero donde el propósito y la intención es lograr la paz interior.
Comencé siendo muy joven, desde la confusión total; estaba todo por descubrir y hacer . Desde la frustración y también desde la rabia, el desánimo y hasta la desesperación … porque este mundo -esta sociedad- me parecía absurda y extraña a mi sentir y no lograba encontrar mi lugar ni conseguía encontrar un sentido a mi vida.
Pero todo eso ya quedó muy lejos. Ahora mismo, que ya llevo tres cuartas partes de mi vida vividas, estoy ayudando a otros facilitándoles ese comienzo. Es curioso, porque cada persona llega explicando su problemática personal, los sufrimientos que padecen; confusión, ansiedad, miedos y todas las circunstancias particulares de su vida…
Les escucho pero la respuesta y consejo siempre es el mismo, de alguna manera no hay diferencias. No hay distinto consejo porque sólo hay una única raíz a todas las infelicidades del ser humano:
Cónocete a tí mismo. Ve al encuentro de tu ser esencial. Conecta con tu corazón y sé tu mismo. Escúchate. Ámate. Dedícate tiempo, en silencio, encuentra la paz y la felicidad en tu interior…
No hay otra Verdad. No hay otra respuesta ni otro camino. Hazte responsable de tu felicidad.
Deja tu pasado atrás, reconcíliate con él; acéptalo y sigue adelante sintiéndote agradecido.
… todo lo demás te será dado …