Se denomina «bajo astral» a la tercera dimensión donde las energías son más densas y donde se vive desde la mente inferior.
Podemos desarrollar nuestro cuerpo astral y así elevar nuestro nivel espiritual, saliendo de la mente -de las creencias- y viviendo desde las experiencias propias.
Esto quiere decir que el Conocimiento Intuitivo está en una mente desarrollada y sólo desde la práctica espiritual logramos ese renacimiento del Ser que estaba dormido en nosotros.
Los conflictos se generan por la ausencia de unidad en nosotros. Vivimos desmembrados, alejados de la Realidad y de nuestro centro. Vivimos dispersos y sin saber nuestro propósito de vida. Más bien se trata de una existencia de la que no nos sentimos dueños y responsables de ella.
Hacemos el viaje de la vida como si nos hubiesen echado al agua; unos chapotean sin moverse del sitio, otros aprenden a nadar y llegan a la orilla y otros se ahogan paralizados por el miedo al agua…
La práctica de la meditación, el poder de la respiración consciente, la maestría sobre nosotos mismos, son los que dan Luz y belleza al momento presente.
