El sufrimiento.

El sufrimiento no debe confundirse con el dolor físico o el dolor del Alma.

El sufrimiento viene de la mente y lo producen los pensamientos y emociones negativas.

Puede llegar a convertirse en trauma si lo magnificamos y lo alimentamos.

Qué nos causa sufrimiento:

Identificarse demasiado con el papel de víctima.

Cavilar constantemente sobre las injusticias del pasado.

Quedar bloqueado en viejas emociones: rabia, miedos, resentimiento, desconfianza, desesperanza, …

Sentirse inseguros y con baja autoestima.

Verse incapaces de dejar atrás el pasado y poder disfrutar del presente.

¿Cómo convertir la carga de sufrimiento en algo útil?

Enfrentándonos y dándole una solución, cuanto antes mejor. El reto está en aprender que toda experiencia nos brinda una enseñanza para crecer. Nada es casualidad, debemos aceptar lo que la vida nos presenta, sin resistencias y sin expectativas.

Nada está garantizado, ahora todo depende de nuestra actitud. Enfrentarnos a cada situación que nos presenta la vida como si se tratase de un desafío, podremos decidir resolver de forma positiva y valiente cualquier problema o conflicto.

Hacer un alto en el camino para sanar las heridas del Alma debido a experiencias dañinas que tuvieron lugar en el pasado, se hace necesario para que desaparezca el sufrimiento.

Esto implica aceptar lo vivido y dejarlo atrás, a través del perdón; perdonar y perdonarnos.

El viaje hacia la sanación emocional comporta ser capaz de adoptar una actitud y visión imparcial de lo que nos hace sufrir para poder dejar de sentirnos víctima. Aceptar lo ocurrido sin buscarle más explicaciones. Debemos ser capaces de enfrentarnos al conocimiento de todo lo que supuso aquellas experiencias negativas para poder cerrar esa etapa y mirar limpiamente nuestro presente.

Con la intención de salir del camino del sufrimiento voluntariamente, sentiremos reforzarse y expandirse nuestra Conciencia. Sentiremos cada vez con más fuerza el estado de Dicha y conexión con nuestro Yo superior.