
No solo estamos vivos porque nuestro corazón late ni somos más lúcidos porque oxigenamos nuestro cerebro. Estas dos funciones actúan de forma no deliberada. Lo que sí depende de nosotros es mejorarlas; respirando profunda, lenta y conscientemente, con técnicas sencillas y eficaces.
El miedo envenena el Alma. Descansemos nuestra atención en ella y nos iremos liberando de los miedos al aumentar el conocimiento de nosotros mismos.
Lo contrario a los miedos es la paz mental. La conexión entre mente y corazón nos llevan a tener pensamientos y sentimientos coordinados y coherentes.
EJERCICIO DE RESPIRACIÓN CONSCIENTE. Nos expandimos y nos contraemos realizando un suave movimiento relajante al respirar, poniendo la atención en el Centro Ombligo que es el punto conque hemos comenzado a respirar al nacer. Permitimos que el oxígeno llene nuestros pulmones y suba para oxigenar también el cerebro.
Con los ojos cerrados y una posición cómoda, llevamos los cinco sentidos hacia adentro e imaginamos o visualizamos la columna vertebral libre de cualquier tensión. Permitimos que el Prana fluya por la médula espinal, reactivándola.
Piernas y brazos están totalmente relajados.
No tenemos prisa; nos sentimos fuera del tiempo, totalmente relajados.
Los pulmones y nuestro corazón reciben mensajes de armonía y serenidad
Seguimos una respiración rítmica. y sentimos como todo el cuerpo respira de forma armónica; desde la coronilla hasta la punta de los dedos de los pies.
En los momentos de exhalación, sentimos cómo sale por todos los poros de nuestra piel, energía que va formando un halo de Luz alrededor de nuestro cuerpo.
Nos convertimos en testigos de éste momento presente, desde nuestra Conciencia. No somos nuestro cuerpo. No somos nuestra mente. Experimentamos el vibrar de nuestro Ser, de nuestra Alma. Y sentimos una inmensa paz.