Sanar el corazón del pasado

Hubiese preferido hablases de ti y no que incendiases otros montes que están en mi corazón. El resentimiento crea grandes fuegos internos que arrasan y arruinan la felicidad.

Hubiese sido más amable y beneficioso despejases el camino que te hubiese conducido directo a mi , que te estaba esperando para poder abrazarnos y no que me lanzases piedras y dardos que impidieron pudiésemos acercarnos, sentirnos, para que nuestras Almas se reconociesen e hiciesen las paces.

Nos negamos a amar, y sólo desde la superficialidad de nuestros cuerpos soltamos las pasiones como si fuese amor. Nos resistimos a la reconciliación. La mente tiembla. Los miedos se han empoderado y la han invadido y sometido sin miramientos.

Hay quien elige mantener los rescoldos de rabia de momentos pasados que produjeron dolor y sufrimiento, mientras todos los demás sentimientos se mantienen amarrados. Se resisten a amar quienes conservan vivo el sentimiento de venganza o los reproches que se eternizan nutriendo la rabia.

¡Qué tormento vivir en el pasado!

Se pierde la esencia de la vida y el propósito se pierde mientras uno se consume y se ancla en tiempos que ya no tienen realidad.

… ahora estoy haciendo tiempo. Me permito esperar sin prisa y no forzar situaciones. Me permito ser paciente mientras me contemplo sin juzgarme; ya no más. Y te espero hasta que deshagas tu incomodidad con la vida y contigo mismo.

… estoy haciendo tiempo, mi presente lo tejo con hilos de confianza absoluta que son los más resistentes. Y te espero porque sé que tarde o temprano, no importa cuándo, se volverá a fundir nuestra solidez en una magnífica explosión de Luz.