
La CONCIENCIA CRÍTICA es necesaria pero elegimos no ver ni enfrentarnos a la realidad. Preferimos mirar para otro lado o simplemente no involucrarnos y decir que no nos concierne o que no podemos hacer nada, y esa actitud justifica nuestra inmadurez e inconsciencia.
Todo esto tanto a nivel colectivo como a nivel personal.
Esto sucede porque nos sentimos separados del resto; el otro, nos afecta muy relativamente… enseguida se nos pasa. También nuestro sentimiento de impotencia o indignación casera no es efectiva.
Muchos no consideran sagrada la vida ni sienten que somos parte de la Madre Tierra. Como para muchos la muerte es algo tabú, que tiene una connotación nefasta y terrorífica, procuran no imaginarse el final que les aseguran es un castigo eterno o tener que volver a este planeta una y otra vez … dejan toda esa cuestión para el día en que vayan a dejar este mundo.
La vida en sí resulta más fácil de sobrellevar cuando incorporamos en nosotros la «muerte», catalogándola como una transmigración del alma.
No hay nada que entender para vivir en paz; más bien se trata de ir hacia nuestro interior y abrazar nuestra Alma. Sentirla. Escucharla. Dejarnos guiar por nuestra Luz, que es Conciencia.
Todo lo demás se nos da por añadidura.