Acostarte en el sofá para ver la tele no es descansar. Los beneficios de un buen descanso está cuando le dedicas tiempo conscientemente a tu cuerpo para salir de las tensiones y el estrés.
Para ello túmbate en el suelo con las rodillas flexionadas, la planta de los pies tocando el suelo. Los brazos a lo largo del cuerpo con las palmas hacia arriba.
Cierra los ojos, Destensa los músculos de la mandíbula y de los hombros.
Ahora, permítete descansar en profundidad. Sé observador/a de tu cuerpo físico. Respira poniendo la atención en las fosas nasales.
Lleva tu atención a la columna vertebral y permite que se des-comprima .
Lleva tu atención a tu cerebro y permite liberarte de la constante charla mental. Presta atención plena a la respiración durante varios minutos para que la mente se aquiete.
Estira las piernas y permite devolver sus músculos a su longitud de descanso.
Lleva la atención al cuello y a la nuca y permite que se liberen de tensiones.
Permite que tu espalda descanse en el piso y deshazte de la carga acumulada.
Permite que tus brazos descansen.
Observa tu respiración, suave, profunda y lenta al exhalar.
Tómate de diez a quince minutos en relajar todo tu cuerpo físico y mental.
Lleva tus cinco sentidos a tu interior. Ve al centro de tu corazón. Siente paz.
Sonríe.