Si del uno al diez yo me valoro con un cuatro y no me siento capaz de aumentar esa puntuación, me estoy limitando a no crecer. Quizás el entorno ha contribuido a que yo me desvalorice, a que no tenga mayores pretensiones, a que el miedo al fracaso me inmoviliza, a que me haya resignado a vivir en la mediocridad y no aspire a experimentar nuevas posibilidades … todo ello son posicionamientos mentales que se pueden limpiar y reprogramar.
El conformarse con una idea configurada sobre nosotros mismos y no SALIR de ella, no deja de ser una actitud negativa y es lo que nos hace mantenernos reducidos en los mínimos de nuestras capacidades.
Mejor actitud sería comprobar cuáles son nuestras reales limitaciones. Sin miedo a equivocarnos. Tenemos que cuestionarnos. Podemos aventurarnos a equivocarnos. Podemos arriesgarnos a asumir nuevos retos.
Ensanchar la imaginación. Ensoñar. Posicionarnos desde la perspectiva y actitud de entusiasmo y curiosidad por la vida. Y al mismo tiempo, ACEPTAR nuestra realidad.
… pero todo esto queda solo en palabras si no trabajamos en nosotros mismos para comenzar a cambiar hábitos. Todo queda en teoría muy sabida «eso yalosé» si no comenzamos a poner en práctica algunos ejercicios que desentumezcan nuestra mente mecanizada.
Y el primer paso, ya lo has oído decir muchas veces, es conocerte a ti mismo.
Más tácticas a poner en práctica: atreverte a comprometerte a dedicar un tiempo cada día a estar contigo mismo. Ser Observador de ti mismo. Abrazar a tu niño interior. Dejar que tu corazón espiritual se exprese.
Una vez se despierta la Conciencia, ella ya se encarga de guiarte.