
La primera ley de la Naturaleza es que la energía que das es la que recibes de vuelta. Por eso mismo, cuanto más entendemos y trascendemos el plano terrenal, nos hacemos más responsables y más conscientes de que todo lo que nos sucede es por reacción y efecto de nuestros actos.
Utilizando las manos como instrumento para percibir y proyectar energía, somos capaces de sanarnos a nosotros mismos y a los demás, equilibrando y limpiando los centros energéticos, en un proceso de conocimiento de nosotros mismos y de corrección de hábitos y actitudes que nos eran perjudiciales.
A través del REIKI se equilibra y limpia nuestro cuerpo mental y emocional para facilitarnos el re-encuentro y reconciliación con nosotros mismos, paso primero imprescindible para entrar en el proceso de transformación que nos ayuda a sanar las relaciones, liberarnos del sufrimiento y cargas inútiles, abrir el chakra del corazón y entrar en un estado de Conciencia más elevada.
La Energía REIKI activa la conexión con la Energía Divina que reside en nosotros para alcanzar el estado de Dicha y Unicidad.